IMPACTO POSITIVO
En 2015, se logró el histórico Acuerdo de París en la COP21, donde se establecieron compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar el cambio climático.
Durante este período, hubo un aumento significativo en la inversión y la adopción de energías renovables, como la energía solar y eólica, como parte de los esfuerzos para reducir las emisiones de carbono.
Varios países y organizaciones trabajaron en la creación y expansión de áreas naturales protegidas para conservar la biodiversidad y los ecosistemas.
Se implementaron programas de reciclaje más efectivos y campañas de concientización para reducir la cantidad de residuos enviados a vertederos.
Organizaciones y comunidades locales llevaron a cabo iniciativas de conservación marina para proteger ecosistemas costeros y la vida marina.
IMPACTO NEGATIVO
Aunque ocurrió en 2010, sus consecuencias se extendieron a 2011. El derrame de petróleo de BP en el Golfo de México fue uno de los mayores desastres ambientales de la historia, con graves impactos en la vida marina y los ecosistemas costeros.
El terremoto y tsunami de Japón en 2011 resultaron en un grave accidente nuclear en la planta de Fukushima Daiichi, liberando radiación y provocando preocupaciones sobre la energía nuclear y sus impactos ambientales.
En 2015, se alcanzó el Acuerdo de París en la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP21), donde los países se comprometieron a tomar medidas para limitar el calentamiento global a menos de 2 grados Celsius.
La deforestación en la región amazónica, especialmente en Brasil, continuó siendo un problema crítico durante estos años, lo que llevó a la pérdida de hábitats y la biodiversidad.
La contaminación del aire, especialmente en ciudades altamente pobladas, siguió siendo un problema grave en todo el mundo, afectando la salud de las personas y el medio ambiente.